Lecciones sobre el burnout maternal
reflexiones a las que he llegado escribiendo el post “Consejos de madres reales para evitar el burnouT”
Esto es algo distinto a lo que suelo escribir en el blog y he estado dudando bastante si publicarlo, pero al final le he compartido a modo de reflexión y como agradecimiento a todas las mujeres estupendas que me han ayudado a escribir este otro articulo.

Índice
El origen: buscando soluciones a mis agobios como madre
Desde que tengo hijos, estoy intentando “reencontrarme”.
Por suerte, esta vez no es como cuando estaba en los 20, ni por supuesto como durante la adolescencia. ¡Eso sí que fueron épocas de montañas rusas emocionales!
Pero hasta hace poco pensaba que por fin estaba empezando a conocerme a mí misma, que cada vez me “tenía pillado el truco” mejor.
Y, entonces, como siempre, la vida, dándonos siempre lecciones de humildad, me dio una familia.
Tener hijos era algo que quería, así que por supuesto, estoy infinitamente agradecida por el lugar en el que estoy.
Pero a la vez, muchas cosas no son como me lo había imaginado y todo esto trajo una sacudida emocional.
Algunos dias lo llevo bien. Pero otros, se me agota la paciencia y cuando pasa esto y estoy negativa, me siento mal porque sé que en el fondo debería estar agradecida por mi familia a cada segundo.
En mi opinión, tampoco ayuda que en muchas revistas, libros o páginas de maternidad solo hay consejos súper bonitos que a la hora de la verdad, no sé qué familia las puede llevar a cabo. A mi me hacen ver lo lejos que estoy del ideal y me supone una fuente de complejos.
Y por eso decidí escribir en el blog sobre las cositas fáciles que de verdad me ayudan a mí, pensando que si a mí me ayudan, seguramente a alguien más le podrían ser útiles en algún momento.
El experimento: opiniones de madres reales
Por esto que acabo de contarte, me pareció de lo más lógico preguntarles a otras mamás «qué te ayuda a sentirte mejor cuando la vida familiar se hace cuesta arriba?».
Tenía curiosidad por saber cómo lo hacen las demás, así que decidí preguntarle a las madres que conozco con niños pequeños.
Como daba un poco de cosa escribir a mis amigas y contactos de Facebook en persona (no quería quedar demasiado “intrusiva”), decidí preguntar más en general.
Pensé que soltando la pregunta en grupo, la gente que quisiera podría responder, generando una conversación interesante, y que la gente que no tuviera interés, tiempo o ganas, podría ignorarme sin tener que pasar el mal rato de darme largas.
Así que escribí esta pregunta en 2 grupos de Facebook y 3 de WhatsApp.
¿Sabes cuanta gente contestó?
Una persona.
De Facebook no esperaba gran cosa porque he oido que cada vez se lleva menos (además pregunté en grupos en los que no soy muy activa y no conozco a la gente personalmente). Pero los grupos de WhatsApp en los que escribí son de amigas, así que me extrañó un poco que nadie escribiese… y me dije que sería porque estaban todas muy ocupadas.
Hasta que tras un par de días, me empezaron a llegar los mensajes. Todos por privado.
Conclusión: todas estamos igual
Curiosamente, todos los mensajes coincidían en dos cosas:
- Todo el mundo decía que les parecía buena idea que escribiera el post
- Todas preferían escribirme por privado porque les “daba cosa” contar esas cosas públicamente
Y la cosa es que nadie me estaba desvelando ningún secreto inmoral. Al revés: todas son madres maravillosas que se desviven por su familia. Pero por cómo contaban las cosas, se notaba que tenían una especie de vergüenza por sentirse mal a veces y mala conciencia por cada vez que hacen algo cosas para sí mismas.
Esta experiencia me ha aportado:
- Sentirme normal: Me pareció tranquilizador que todas sintamos lo mismo. Que nuestros hijos sean un regalo maravilloso no quita que el día a día pueda ser muy duro. A nadie le gusta la gente quejica, así que se intenta no quedar negativo, pero emparejarse y tener hijos no es un final feliz de cuento; es el comienzo de un trabajo duro.
- Unos consejos estupendos: Todos los trucos que me han contado me parecen muy valiosos. Algunos ya los hacía ya; otros me parecen geniales y me los quiero aplicar. Y alguno que otro no me lo imagino para mi, pero me ha parecido interesante, y mientras le sirva a la que lo haga… lo último que voy a hacer es criticarlo.
- Reencuentros digitales: me alegró mucho „charlar“ por escrito con muchas amigas con las que hacia mucho que no hablaba. Y con la excusa del tema, fue fácil romper el hielo y empezar a hablar directamente de lo que más nos está costando. Gracias a eso, pude recordar por qué me cayeron bien cada una de estas chicas cuando las conocí: todas tienen una actitud que admiro en uno u otro sentido. Pero a la vez, ha sido una experiencia agridulce, porque todas están pasando momentos duros (y eso que no son del tipo de personas que se queja por quejarse).
- Nuevos contactos con gente afín. Aunque aún no nos hayamos visto en persona, siento que he ganado nuevas amigas por mensaje.
Reflexión final: por qué es tan importante cuidarse cuando se es madre
Todas queremos de todo corazón, hacer todo lo relacionado con la crianza lo mejor posible.
Y tarde o temprano todas nos damos cuenta de que para poder dar lo mejor de nosotras mismas, tenemos que estar lo mejor posible (sin poder gastar mucho dinero o tiempo en ello).
Porque, ¿te has dado cuenta?
Cuando estás nerviosa, los niños suelen estar más quejicas o llorones , lo que te hace ponerte aún más nerviosa. Como una pescadilla que se muerde la cola. Y al contrario igual, ¿verdad que cuando te encuentras estupendamente, eres mucho mas paciente con todos? (y eso incluso hace que los demás también estén más relajados).
Por eso, cada vez estoy mas convencida de que por el bien de todos, necesitamos sentirnos bien. Como lo llama una amiga mía, “cuidar para cuidar”. O como lo he leído por ahí, el efecto de la máscara de oxígeno: como dicen en las instrucciones de seguridad del avión: que en caso de despresurización, tienes que ponerte primero tú la máscara y luego a los niños.
Como si no fuera ya suficiente con lo que llevamos adelante, ¿es posible que nos estemos creando sentimientos de culpa innecesarios?
Noto mucho miedo a sentirse juzgadas por preocuparse por el propio bienestar (a mi también me pasa más de lo que me gustaría) y me encantaría que esto cambiara.
Los niños son los más empáticos del mundo; tus hijos notan cuando no estás a gusto. Y tu pareja, aunque fue hace una eternidad (antes de todos esos pañales y noches de poco sueño), te eligió a ti como compañera. Aunque a veces cueste creerlo, en el fondo, lo que más quieren es que estés bien.
Te mereces cuidarte (si no lo haces tú, ¿quién lo va a hacer?) y tu entorno te necesita en tus mejores condiciones.
Me ha encantado este artículo.
Yo misma he estado también muy agobiada muchas veces.
Pero lo que no dejaba por nada del mundo en mi caso era maquillarme antes de salir y siempre trabajaba en algo.
Creo que me ayudó mucho para mi auto confianza y para sentirme mejor.
También estoy de acuerdo RMV que lo más importante es cuidarse a sí misma incluso antes que poder cuidar a los niños.
Una madre contenta y la autoconfianza les da una tranquilidad de fondo a los niños.
¡Tiene mérito lo de arreglarse antes de salir!