Cómo tener más autodisciplina
3 ideas FÁCILES de aplicar para aumentar tu fuerza de voluntad
Realmente no sé si soy la persona más adecuada para dar consejos sobre autodisciplina, porque aunque para algunas cosas soy muy disciplinada, para otras, me cuesta mantener la constancia.
Pero creo que esto nos pasa a todos: cada uno tiene sus cosas en las que le es fácil mantener la disciplina, mientras que otras se hacen cuesta arriba.
Lo que sí es verdad es que la disciplina es esencial: soy de la opinión de que todo en esta vida se consigue con disciplina y constancia.
Realmente TODO.
Por ejemplo, hasta para dormir, que es de las cosas más descansadas que hay, hace falta cierta disciplina: la fuerza de voluntad para dejar de estar haciendo lo que estemos haciendo aunque tengamos ganas (por ejemplo, leer o ver alguna serie), seguir un horario (aunque a veces no apetezca), evitar la cafeína a partir de ciertas horas (en los casos necesarios), etc.
O por poner un caso que no es que me apasione, pero no por eso le voy a quitar mérito: el de la gente famosa por no se sabe muy bien por qué lo es.
Aunque no los admiremos ni compartamos sus estilos de vida, sabemos que para haber llegado adonde están, también han necesitado mucha disciplina a su modo; ya solo maquillarse, depilarse, elegir ropa y hacerse selfies hasta que salga uno presentable… Como digo, no son santos de mi devoción, pero lo que quiero decir es que hasta eso requiere tiempo y dedicación (=disciplina).
Sin embargo, mantener la disciplina es difícil porque a menudo no vemos los resultados de forma inmediata.
La mayoría de las veces, los resultados llegan mucho después.
Y eso hace que sea tan fácil dejar lo que deberíamos hacer para otra ocasión…
Por eso en este artículo me gustaría compartir contigo 3 ideas que a mi personalmente me ayudan a mantener la motivación, evitar la procrastinación y a hacer cosas cuando no me apetece.
Espero que alguna de estas ideas te pueden ayude cuando sientas la tentación de posponer algo importante.

1- Tener claro “¿por qué?” ayuda mucho
Cómo dice James Clear, el autor de Atomic habits,
“Most people think they lack motivation when they really lack clarity”
(la mayoría piensa que les falta motivación, cuando en realidad les falta claridad)
Ya sabemos que deberíamos comer más verdura/hacer más deporte/escuchar con más atención a los demás/dejar de juzgarnos/etc, pero muchas veces hemos olvidado por qué nos es importante A NOSOTROS (“porque hay que hacerlo” no motiva realmente).
Por ejemplo, en el método de Marie Kondo, el primer paso, al que ella le da mucha importancia, es el de preguntarnos por qué queremos la casa más organizada. Y recomienda preguntárselo varias veces.
Si por ejemplo la respuesta ha sido “quiero la casa organizada para no perder tiempo buscando cosas”, habría que seguir preguntando “por qué” varias veces:
”¿y por qué quiero no perder tiempo buscando cosas?” ➡️ “para tener más tiempo para hacer deporte” (de nuevo, todo esto es un ejemplo)”
“¿y por qué quiero hacer más deporte?” ➡️ “porque quiero tonificar la musculatura para tener menos dolores de espalda/poder presumir de cuerpo/lo que sea que de verdad te motiva”
Así unas cuantas veces, hasta tomar conciencia de qué deseas desde lo más profundo.
Esta imagen viva de lo que quieres puede ser tu mayor motivación para cualquier cosa, porque cuando sabes por qué algo te es importante a ti, es más fácil ponerse manos a la obra. Y cuando sientas que te va a flaquear la disciplina, recordar tu motivo real da mucha energía.
Cómo aplicarlo:
・elige una cosa en la que te gustaría tener más autodisciplina
・pregúntate por qué te es importante
・repite la pregunta “por qué” varias veces, hasta que llegues a una razón que te mueva a ti
・ten esta razón presente cada vez que te de pereza hacer algo que te conviene hacer
Nota: tampoco te preocupes mucho de si has elegido “tu motivación perfecta” o de si conseguirás llegar a esa meta o no.
A menudo las cosas no avanzan en la dirección que nos imaginamos, sino que nos hacen evolucionar en otras direcciones.
Pero esto no quiere decir ni que los esfuerzos son en vano, ni que hacemos algo mal, sino que en el momento en el que estamos, nos toca andar otra parte del camino.
Lo importante es seguir pasito a pasito.
2- Evita esta excusa disfrazada de buenas intenciones
Un motivo común para no empezar algo es pensar:
“para hacerlo bien, necesito tener todos los nudos atados antes de empezar”.
Es verdad que ponerse manos a la obra sin un plan mínimo es súper improductivo, y yo soy la primera a la que le ENCANTA (en mayúsculas porque me encanta de verdad) tener un buen plan antes de empezar algo.
Pero como tantas otras cosas en la vida, la magia está en el punto medio.
No hace falta tener el plan perfecto antes de empezar a hacer algo.
Porque da igual lo planeado que esté algo, siempre pueden llegar algo imprevisto (como, por poner un ejemplo muy 2020, una pandemia). Y además, mientras vamos avanzando, nuestros planes irán evolucionando y tendremos que adaptarnos a nuevas situaciones/metas.
Cómo aplicarlo:
Decide una primera acción pequeña que puedas tomar ahora mismo y comienza.
No necesitas tener claros todos los pasos que tendrás hacer: los próximos pasos a tomar te irán llegando mientras avanzas por tu camino.
Y ante la duda de cuál es el primero paso, haz una cosa que sepas que es recomendable: ni siquiera hace falta que sea la mejor opción de todas.

3- Saca provecho de la procrastinación
¿Te has fijado en que cuando tenemos que hacer algo bastante importante pero que nos da pereza, nos vienen a la cabeza mogollón de otras cosas que hacer?
Yo me di cuenta por primera vez durante mi época universitaria: al recibir la fecha de un examen importante y para el que hubiera debido empezar a prepararme enseguida, lo primero que sentí fue un gran impulso por hacer limpieza general.
No dejó de ser una forma de procrastinar, pero tuvo sus ventajas: la verdad es que tener la habitación ordenada me ayudó a concentrarme mejor.
Por desgracia, no siempre elijo cosas que me ayudan: por ejemplo, para retrasar algunas tareas, alargo innecesariamente la hora de la merienda, o para evitar pensar en todo lo que me toca hacer, veo demasiados capítulos de alguna serie.
Lo malo es que luego me siento mal por partida doble: he perdido tiempo con algo que no me ayuda y lo importante sigue esperándome.
Por eso, el truco que estoy usando últimamente es elegir para procrastinar otra tarea que también me da pereza normalmente.
Así, aunque esté procrastinando, por lo menos estoy haciendo algo útil. Y aparte de que es práctico, me hace sentir mejor conmigo misma y me da ánimos.
Por ejemplo, cuando noto que estoy posponiendo algo que me da pereza (como organizar papeleo), decido que voy a hacer algo que también me vendría bien hacer, aunque sea menos urgente, y que tampoco me entusiasme (como por ejemplo, limpiar las ventanas).
Cómo aplicarlo:
Cuando te de realmente muuucha pereza empezar a hacer algo, negocia contigo diciéndote: “está bien, me permito hacer 1 sola cosa distinta antes de empezar la tarea que tengo que hacer”.
El truco es que elijas algo que normalmente también te de pereza.
No solo conseguirás terminar algo que llevas posponiendo tanto tiempo; la satisfacción de haber hecho algo productivo te dará la confianza de que eres una persona disciplinada y te motivará para seguir actuando como tal 🏋️
¿Crees que alguna de estas ideas te será de ayuda? ¿Cuáles son tus trucos para motivarte cuando no te apetece hacer algo?
Me ha encantado este artículo porque ofreces muy buenas ideas 💡
Tengo un truco contra la pereza:
En japonés やれば終わる
Significaría, “si lo haces(o si lo empiezas), se acaba”; muchas veces pensamos demasiado en la inconveniencia o esperamos al momento idóneo, pero la verdad es que las cosas que hay que hacer (aunque no me tenga ganas ) si las empezamos, se acaban relativamente pronto y ya no tenemos que estar pensando má en ellas