10 cosas para mejorar un mal día (y 3 cosas a evitar)
Qué hacer cuando tienes un mal día (mejor que una maratón de helado y Netflix)
¿Quién no ha tenido días que dan ganas de hacer con ellos una bola de papel y tirarlos a la basura?
Te levantas normal, más o menos tienes tus metas e intenciones para el día claras…
No has hecho nada especialmente mal que lo justifique, pero parece que la vida se ha levantado con ganas de ponerte a prueba: definitivamente, no es tu día.
Si pudieras, querrías esconderte debajo de una manta hasta mañana, pero por desgracia, no puedes porque la vida sigue con sus exigencias.
Otras veces sabes que hay un tema que te preocupa especialmente, pero ahora mismo no puedes hacer desaparecer este problema que te roba tu atención, energía y alegría y enturbia tus días.
Da igual lo positivos que seamos y lo bien que nos vaya en general, todos hemos tenido este tipo de día.
Escribo esto porque ayer tuve uno de esos días. Pero no ha sido la primera vez (ni será la última).
He tenido incluso rachas así que han durando semanas.
Y en la peor de esas rachas me di cuenta de que aunque no puedo evitar tener momentos así, algo sí puedo hacer para mejorar las cosas un poco.
Por desgracia, no conozco una receta que convierta un día malo en uno de color de rosas.
De hecho, creo que tener “malos días” también tiene su sentido y es incluso necesario (de vez en cuando).
Pero estoy convencida de que no es beneficioso para nadie dejarse devorar por la espiral de negatividad que a veces parece acecharnos (aparte de que en el momento se siente fatal).
Y sobre todo, es importante no dejar que un mal día se convierta en una mala racha.
Por eso en este artículo he reunido lo que me suele ayudar en los días menos buenos.
Con esto no quiero decir que te vayan a servir a ti también (porque si hay algo que me parezca insoportable en un mal día, es que alguien intente darme consejos sobre lo que hacer o no hacer), pero los comparto a modo de ejemplo para que pruebes cuáles son las recetas que te funcionan a ti.

10 Ideas para mejorar un mal día
1-Recordar que las sombras son necesarias
Los malos momentos pueden ser una potente llamada de atención: nos recuerdan que la vida nunca está resuelta para siempre (tipo final de cuento) y que hay que mantener la constancia.
Además, nos hace personas más sabias y empáticas, porque cuando todo nos va “a pedir de boca”, es fácil pensar que somos mejores que los demás, cuando en el fondo, todos estamos juntos en esto.
2- Centrarse en lo positivo
Suena a tópico, pero como la mayoría de los tópicos, se han convertido en clásico por algo.
La mente está hecha para centrarse más en lo negativo porque es más urgente evitarlo. Pero a veces, hace que nos estresemos demasiado (incluso en ocasiones, innecesariamente) y hace que olvidemos todo lo que sí va bien.
En la misma línea, recordar que hay muchas cosas que podemos agradecer por lo menos puede alegrarnos un poco.
3- Limpiar, organizar
Es una actividad 3 en 1: requiere movimiento, entretiene y además, aclara tu entorno.
Normalmente, los efectos más llamativos se consiguen empezando por la esquina más desordenada o lo más sucio.
Relacionado: Cómo organizar con el método Marie Kondo
4- Moverse
El ejercicio físico despeja la mente y produce endorfinas.
Hacer deporte es por eso muy buena manera de subir los ánimos, pero si no hay tiempo para ello, también hay mejoras con cosas tan simples como subir unas escaleras o bailar una canción.
5- Sacar voz
Para la mayoría de nosotros es difícil pegar un grito para desahogarse, porque normalmente tenemos gente “cerca” (aunque sean los vecinos de al lado).
Pero cuando sentimos mucha rabia, es común sentir una especie de energía trabada en la garganta.
Por eso a veces ayuda cantar o hacer algún ejercicio vocal que implica sacar voz vaciando los pulmones (como el típico “ohm” de yoga).
6- Ensimismarse
Al igual que limpiar, organizar y hacer deporte, las tareas manuales o hobbies nos pueden ayudar a olvidar el mundo cuando más lo necesitamos.
Un buen libro, serie o película, también ayudan a evadirse y hace que nos tomemos un respiro de nosotros mismos.
Sobre todo las cosas que nos hacen llorar, tanto de rosa como de emoción, funcionan especialmente bien para sacarnos de un estado de ánimo “chof”.
Relacionado: Beneficios de ver películas según la ciencia
Advertencia: evadirse con entretenimiento pasivo también tiene sus desventajas: es fácil quedarse estancado y pegarse un atracón, lo que puede caer que luego nos sintamos peor.
7- Conectar con la naturaleza
Si es posible, dar un paseo al aire libre ayuda mucho. Incluso cuando las circunstancias no permiten un paseo por la naturaleza, puede ayudar observar y apreciar lo que podamos ver desde una ventana: el cielo, pájaros, nubes…
8- Respirar
Los ejercicios de respiración o de meditación pueden ser de ayuda y hay variaciones para todos los niveles.
Ya el simple hecho de realizar un par de respiraciones profundas producen un cambio positivo.
Relacionado:
Meditaciones guiadas en español
9- Comprobar que las necesidades biológicas están cubiertas
Quizá no lo mostramos tan claro como los bebés y niños pequeños, pero si algo nos molesta físicamente, nos encontramos mal.
En mi opinión, esta es una de las razones por la que a veces, aunque nos pasen cosas tirando a malas, no nos molestan tanto y seguimos adelante con mucha energía, mientras que otras, nos afectan tanto que nos ponen de mal humor y nos quitan las ganas de todo.
Comprueba que últimamente te has alimentado de forma equilibrada, has hecho algo de ejercicio, dormido lo suficiente y conectado con seres queridos (y si no, tampoco te enfades contigo por ello, pero úsalo como recordatorio para mejorarlo a partir de ahora).
10- Dormir
A veces lo mejor que podemos hacer un mal día es darle al botón de “reset”, y una de las formas más fáciles es acostándose pronto.
Vete a dormir lo antes que puedas; mañana será un nuevo día.
Qué evitar en un mal día
Aparte de lo que sí está en nuestras manos para sentirnos “menos mal”, creo que es importante recordar qué cosas debemos evitar en los días en que no estamos en nuestra mejor versión.
1- no dañar a los demás con actos/palabras impulsivos
Cuando no estamos en un buen estado, es fácil que se nos caliente la sangre caliente y que digamos cosas o actuemos de forma en la que nunca haríamos en situaciones normales. Contestar de malos modos a los demás no solo provoca remordimientos después; la negatividad se extiende.
Por eso, es importante evitar los confrontamientos en la manera de lo posible.
Ya habrá tiempo de responder cuando nos encontremos mejor.
2- No perjudicarse
Aún más importante que no herir a los demás es que no te lo hagas a ti, porque ¿quién mejor que tú para protegerte?
Físicamente: antes de hacer algo que a medio/largo plazo te siente mal (por ejemplo, atiborrarte de telebasura o azúcar) recuerda que eso no es más que una anestesia temporal que realmente no te ayuda; luego te vas a sentir incluso peor.
Mentalmente: incluso si no estás llevando este mal momento de forma “perfecta”, no te lo reproches; cuando ya estamos de por sí “de malas”, fustigarse no ayuda.
Sé amable y recuerda que no tienes que cambiar el mundo ni toda tu forma de ser ahora mismo.
Solo tienes que intentar mejorar la situación aunque sea un 0,5% con algunas de las 10 ideas de arriba.
El resto irá llegando a su tiempo.
3- No regodeArse en el drama
No pasa nada por sentirse mal y expresarlo.
Pero a veces, cuando estamos negativos, nos atraemos energía similar y nos juntamos con gente que en el fondo no nos gusta, solo porque podemos con ellas podemos criticar al mundo cuando nos va mal.
No lo hagas.
Si quieres compañía, busca a la gente que te inspira cariño y tranquilidad, que no disfrute con las desgracias y que cuando pase este mal momento, no vaya a juzgarte por cosas que dijiste en un mal momento.
Y si en el momento tu gente no está disponible (o si lo que necesitas es algo de espacio a solas), confía en un diario.
Conclusión
Tenemos más energía y somos más amables cuando nos sentimos bien.
Además, estar en un bache de ánimos no es nada placentero.
Aunque sea solo por estos 2 motivos, merece la pena hacer algo por mejorar nuestro estado de ánimo cuando tenemos un mal día.
No es que sea malo tener “bajones”, y cuando tenemos uno, tampoco hay una receta infalible para salir de este estado, pero para evitar que un mal día se convierta en una mala semana, es útil tener una idea sobre qué es lo que nos ayuda.
¿Crees que alguna de las ideas de este artículo podría ayudarte en un mal día? ¿Cuál es la “receta” que suele funcionarte a ti para subirte los ánimos?
También puede interesarte:
Muchísimas gracias por todas estas recomendaciones.
Creo que es bueno saberlas para poder pensar en alguna según la situación.
Por ejemplo, la semana pasada me ha ayudó mucho compartir mis sentimientos y dormir una noche.
En mi caso siempre me falta el sueño por quedarme hasta demasiado tarde en la madrugada. Debería acostarme antes para estar mejor…
¡Gracias!Me alegro que te parezca útil.
Es mucho más fácil decir (y saber) que hacer las cosas, pero es un comienzo 🙂
Fantástico, Miyuki!!
Subscribo todas tus ideas de lo que es mejor hacer y de lo que es mejor no hacer. Yo, entre las cosas que es mejor no hacer, añadiría no quejarse por nada ni a uno mismo ni a los demás. Es algo que he aprendido ultimamente de otro gran maestro, Rafael Santandreu. Es similar a tu punto 3 “no regodearse en el drama”, pero más radical!!
Gracias por tantas buenisimas ideas!!
Un beso,
Isi
Muchísimas gracias a ti, Isi, ¡me has recordado algo súper importante!
Lo de no quejarse (sobre todo a uno mismo) es muy idea maravillosa. Y con esto también me has recordado que cuando tengo rachas de negatividad, me ayuda muchísimo leer libros de Rafael Santandreu. Es verdad que parece un poco radical, pero a mi me anima mucho su estilo. ¡Tengo que añadirlo!
Me encantan tus comentarios y tus post!!! me alegran el día!!!
Cómo me ha alegrado a mi la tarde leer esto 😍 ¡Muchas gracias!