5 secretos para aprovechar las vacaciones en casa

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Estos consejos harán que cuando terminen las vacaciones no pienses “¿en qué se me fueron los días?”

Viajemos o no, las vacaciones son el momento perfecto recargar las pilas. De viaje es fácil notar el cambio de aires… Pero incluso si nos quedamos en casa, podemos aprovechar para que hacer cosas que dejamos de lado durante el resto del año.
Descubre cómo disfrutar y sacarle el máximo partido a tus días libres.

Aquí tienes unos consejos para tener unas vacaciones plenas en todos los sentidos, porque relax y productividad pueden ir de la mano (de hecho, se llevan genial):

Nota: este post lo escribí originariamente en verano, pero los consejos son aplicables para aprovechar las vacaciones de cualquier época.

1. Determina tus prioridades

¿Qué quieres conseguir este verano? ¿Cómo quieres pasar tu tiempo?

Parece algo obvio, pero no siempre tenemos nuestros propósitos definidos. O aunque lo tengamos claro al comienzo de las vacaciones, se nos va olvidando con el día a día.

Por eso es muy útil DEJAR POR ESCRITO qué es lo que queremos de nuestras vacaciones.

Y con esto, tampoco quiero decir que haga falta hacer un plan detalladísimo. Además, podemos ir adaptándolo posteriormente con flexibilidad.

Pero el mismo hecho de tomarse el tiempo para escribir lo que nos gustaría hacer, nos aclara las ideas.

Esto es lo que te evitará que el tiempo se te pase volando sin sentir que has hecho nada en concreto.

Eso sí, ten en cuenta que no tienes que hacer unos planes agotadores, ¡para nada!

Por ejemplo, una intención estupenda es dedicar un par de días a tomárselos relax total. Si decidimos que es una de nuestras metas, podremos dejar los cabos atados para que durante ese tiempo precioso, podamos disfrutarlo al 100%. ¿Hay algo que tenga que dejar preparado antes?, ¿cómo puedo preparar mi entorno y mi estado mental para llegar al estado que quiero?, etc.

Uno de mis planes favoritos es leer, y por eso suelo dejar hecha una pequeña lista de libros al comienzo de las vacaciones. Ya solo escribirla me provoca ilusión. Al final casi nunca consigo leer todos los libros de la lista, pero no pasa nada, porque así me queda como inspiración para lecturas futuras (en el punto 4 podrás leer por qué es tan importante tener una lista inspiradora).

5 secretos para aprovechar el verano en casa

Otra idea estupenda es definir un lema para el verano: resumir nuestras intenciones en 4-5 palabras me parece de una simpleza y fuerza maravillosas. Este podcast te explica cómo hacerlo paso a paso.

2. Prepara un horario

Ya sé que esto no suena muy tentador en verano, y menos en vacaciones, pero aunque no lo parezca, esto puede simplificarte bastante las cosas.

Te lo explico con mi ejemplo; desde que tuve a mi primer hijo me estresa mucho el tema de la puntualidad.

Me encantaría llegar a los sitios “bien”, sin prisas y a su hora, pero me cuesta muchísimo porque me da la sensación de que independientemente de lo pronto que empiece a prepararnos, casi nunca nos llega el tiempo.

Y cansada de eso, este año llegué a la conclusión que el reloj era mi enemigo y decidí probar un pequeño experimento: olvidar las prisas y dedicarle todo el tiempo necesario a lo que fuera que estuviera haciendo (obviamente, con excepción de las citas donde era imprescindible llegar puntual). Dejándome llevar por las actividades.

Con lo que me gusta la filosofía slow, me pareció LA revelación.

Sin embargo en la práctica no me fue tan bien: el día se me terminaba sin darme cuenta (y obviamente, llegaba tarde a todas partes).

Realmente, no son dos conclusiones muy sorprendentes.

Pero hubo algo más, y esto no me lo había esperado: como no tenia muy claro cuánto tiempo necesitaba para las cosas, tenía que esforzarme mucho en calcular cuánto tiempo iba a necesitar para la cosas. Tener que calcular a diario me parecía agotador..

Y al parecer, el fenómeno tiene hasta un nombre, “fatiga de decisión”, y es la razón por la que Obama siempre iba con el mismo modelo de ropa mientras era presidente.

Según el psicólogo social Roy F. Baumeister, tomar decisiones supone un esfuerzo para nuestra mente.

Por eso, si diseñamos nuestra vida de modo que no tengamos que pensar en cada pequeña decisión, podremos dedicar más recursos mentales a otras cosas más importantes.

En mi caso, dejando sin determinar a qué hora comen, se cuestan o juegan los niños, tengo que pensar cada día casi desde cero si es un buen plan o no lo que estamos haciendo.

Obviamente, seguimos sin tener unos horarios fijos tipo “se acuestan siempre a las x”, porque también sería demasiado rígido. Pero tener una estructura, por muy flexible que sea, es una referencia muy cómoda y proporciona una sensación de estabilidad.

En la web es fácil encontrar horarios o calendarios para imprimir que pueden ahorrar bastante tiempo. Personalmente me gustan mucho los imprimibles de esta página.

3. Hazle un favor a tu “yo” futuro

Si eres de las personas que llevan todas sus tareas al día, puedes ir directamente al próximo punto.

Yo por desgracia suelo tener unas cuantas cosas pendientes que he ido dejando para cuando tenga más tiempo (=vacaciones). En mi caso suelen ser tareas relacionadas con la organización, limpieza o papeleo.

Lo que pasa es que llegado el momento de las vacaciones, me da mucha pereza ponerme a ello.

Si te pasa igual te va a gustar este truco. Con él, evitarás esa sensación de que “pierdes” todo tu tiempo libre poniéndote al día en ese tipo de obligaciones.

La clave es recordar: no tienes por qué terminar todas las obligaciones antes de dedicarte a lo que te gusta.

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Por supuesto, si consigues terminar todas las tareas pendientes, aún mejor. Pero si lo que tienes pendiente necesita mucho tiempo o si tienes tremendísimamente poca motivación, una idea para animarte a empezar es programar un poquito de tiempo al día para avanzar, aunque sea un poco.

Incluso como si empiezas con solo 10 minutos; hay una gran diferencia entre no hacer nada o ir avanzando aunque sea a pasitos de hormiga.

Y en el mejor de los casos, es posible que una vez metida en faena, te apetezca hasta aumentar el tiempo y al final termines antes de lo previsto.

Tu “yo” de dentro de un par de semanas te agradecerá mucho esa cantidad de trabajo que le has adelantado.

4. Recuerda tus recompensas

Hace poco conocí la expresión “binge watching”. Es lo que hemos llamado de toda la vida pegarse una maratón de ver series.

Yo ya no lo hago porque con niños pequeños en casa no tengo tiempo, pero en mis tiempos de soltera lo hacía bastante.

Y aunque no esté en contra, después de una de estas sesiones maratonianas nunca pensé “qué bien me lo he pasado, a ver cuando repito”. Más bien me quedaba con remordimientos por haberme pasado el día sin hacer nada productivo y haber perdido horas de sueño. Eso sin contar con que se te terminan los capítulos nuevos sin disfrutarlos realmente.

¿Por qué caí sin embargo tantas veces en la misma trampa?

Mi teoría personal es que (aparte de que porque los capítulos están diseñados para quedarse totalmente intrigado con la continuación) me faltaba una perspectiva de lo que quería hacer con mi tiempo de ocio.

Es mucho más común hacerse listas “to do” con todas las obligaciones, que una lista con lo que se quiere hacer por placer.

Por eso, cuando llega nuestro momento libre y queremos desconectar un poco, pensamos mirar un capítulo de Modern Family (o la que sigas en el momento)… pero terminamos sentados muchas más horas de las que hubiéramos querido.

La forma más fácil de evitarlo es tener a mano una alternativa atractiva y clara.

Puede ser por ejemplo una lista en la agenda en la que tengamos apuntado:

  • Qué te gustaría hacer si tuvieras 30 minutos totalmente libres
  • Qué harías en una hora libre
  • Qué harías con un día libre

Los tiempos son una referencia, pero son un recordatorio de lo que nos gusta hacer y de cosas que nos interesan.

Cuando planees tu horario (punto 2), recomiendo reservar tiempo para las cosas de esta lista, sobre todo durante las vacaciones.

Aquí te dejo algunas ideas que suelen sentar muy bien:

  • Pasar tiempo en la naturaleza
  • Conectar con familia y amigos
  • Probar una actividad nueva
  • Escuchar música que hace tiempo que no oyes
  • Y por supuesto, cambiar de aires. Si la agenda o las finanzas no nos lo permiten viajar, llega con una pequeña excursión

Relacionado:

Recuerda, tener planeadas alternativas es el mejor modo de evitar costumbres que no nos aportan tanto.

5. Deja fluir

5 secretos para aprovechar el verano en casa

Cuenta la leyenda que una mañana, un hombre se llevó a casa una piedra.

A simple vista no parecía una roca especial, pero al señor, que había pasado unos años como prisionero de guerra en unas minas subterráneas, le pareció que contenía un mundo lleno de mensajes esperando a ser desvelados.

Inspeccionó en profundidad los bordes del canto y sus vetas, llegando a una concentración absoluta.

Cuando levantó los ojos de la piedra, se había hecho de noche. Mientras observaba su piedra, había perdido el sentido del tiempo y del ego, sintiendo una profunda calma y satisfacción.

Mihaly Csikszentmihalyi, un famoso investigador de psicología positiva, cuenta la historia con una mezcla de orgullo y fascinación. El protagonista es su hermano mayor y la anécdota le sirvió para acuñar el término de “flow”.

Muchos estudios han llegado a la conclusión que este estado de “flow” o concentración absoluta está estrechamente relacionado con un aumento de bienestar de modo duradero.

Mira el vídeo en el que el propio psicólogo cuenta su teoría de cómo el flow podría ser la clave de la felicidad:

Lo bueno es que todos podemos experimentar este estado, aunque requiera algo práctica y esfuerzo.

Se puede llegar a esta sensación de fluidez a través de muchas actividades, sobre todo cuando requieren un equilibrio justo entre desafío y capacidad (es decir, ni tan difícil que nos agobie ni tan fácil que aburra).

Se considera que actividades que ayudan a llegar a este estado de flow son por ejemplo:

  • Hacer manualidades
  • Tocar un instrumento
  • Practicar deporte
  • Meditar
  • Escribir un diario (aquí tienes todas los recursos del blog para llevar un diario)

A tener en cuenta

Ya verás cómo con estos trucos tendrás un verano muy provechoso y que te producirá un bienestar profundo.

Pero antes de terminar quiero advertirte sobre dos cositas en las que es fácil caer y que podrían desmotivarte:

Proponerse demasiado:

Tener ilusiones está genial, pero no hay que olvidar que en verano el cuerpo también pide ir sin prisas. Si tenemos la demasiadas ambiciones, probablemente no lleguemos a todo.

Ser muy duro contigo si no conseguimos mantener el ritmo:

Si no podemos cumplir con nuestro plan, tampoco hay que verlo como un fracaso, sino como un feedback acerca de qué nos funciona y de qué no tanto. El simple hecho de haber comenzado a planificar el verano se merece un aplauso por nuestra parte.

5 secretos para aprovechar el verano en casa

Nota personal

Este post lo he escrito con especial mimo porque es el primer artículo de bienestar en el que en vez de presentar ideas ajenas, he partido desde cero basándome en mi experiencia personal.

Si me preguntas qué me cualifica a dar consejos sobre planificación… pues tampoco me atrevo a contestar como si fuera la mega experta en la materia. Por desgracia tengo que esforzarme mucho en mantener una organización de horarios, y aún así, con niños pequeños en casa siempre es muy fácil que surjan imprevistos.

Pero los puntos que te he contado hoy son los que hasta ahora mejor me ayudan a tener un verano (o vacaciones en general) más plenos.

¡Espero que te sirvan a ti también!

Resumen

  1. Determina tus prioridades: define qué quieres de tus vacaciones, y a ser posible, déjalo por escrito. Crear tu lema para el verano puede ayudarte a recordar tus intenciones.
  2. Prepara un horario: no para sentirte esclavizad@ por él, sino para que tengas una estructura en la que apoyarte.
  3. Hazle un favor a tu “yo” futuro: empieza a hacer esas tareas que has dejado para vacaciones. Para empezar, no te exijas terminar todas las tareas antes de hacer cosas que disfrutas; pero empieza, por amor y respeto a tu “yo” futuro.
  4. Recuerda tus recompensas: si te haces listas (aunque sean mentales) to-do, de “cosas por hacer”, también deberías pensar en las cosas que harás por ocio, para evitar la monotonía o terminar haciendo por inercia cosas que no te llenan.
  5. Deja fluir: procura realizar actividades que te lleven a un estado de “flow” (deporte, leer, escribir diario, hacer música, o en general cualquier actividad que requiera un nivel moderado de acción y desafío).

Pero tampoco te propongas demasiado, y recuerda que si no consigues hacer todo lo que has planeado, no es que tú seas el problema, sino que el plan puede mejorar.

¿Cómo te gusta pasar a ti las vacaciones? ¿Eres de plantearte metas o prefieres dejar las cosas de forma más espontánea?

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2 comentarios

  1. Lo del atracón de series de Netflix me ha pasado muchas veces. Hoy día con tantas cosas interesantes en internet, hace que se pasa el tiempo sin darme cuenta. En ese sentido el autocontrol es más difícil actualmente.
    Muchas gracias por hacerme reflexionar sobre esto!

    1. Es verdad que es muy difícil moderarse. A mí no me parece mal que haya tanto para elegir, de hecho me encanta que haya tantas series y películas de buena calidad. Pero mirar (sobre todo en el caso de las series) no deja de ser una forma de consumir y en mi caso, noto que a veces no estoy disfrutándolo de un modo consciente. De ahí que intente evitar los atracones.

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